Los detectives salvajes: comentario


Por supuesto que esperaba con expectativa, el momento de leer al nuevo monstruo sagrado de la literatura. Eran demasiados los comentarios elogiosos, las notas en la prensa, los reportajes, de modo que ya resultaba una omisión vergonzosa no haber leído a Roberto Bolaño. En primer lugar, al echar un vistazo en las librerías, era evidente que todos las obras que llevaban el famoso nombre costaban poco más que sus pares. La publicidad cuesta, me dije, y eso mismo me causó cierta sospecha de que tanta espuma fuera sólo un efecto del marketing. De cualquier manera me decidí por Los detectives salvajes.

Como novata en las letras, debo decir que me enganchó desde el principio, porque justamente es la historia de unos cuantos aspirantes a escritores en el pantanoso mundo de la literatura. Es inevitable no reconocer a los personajes en los entornos cercanos, que al parecer, son los mismos en todas partes. Es decir, los idealistas que empiezan, los que se van quedando en el camino aunque el talento les sobre, y los que logran brillar. El autor inyecta fuertes dosis de sexo y viajes para fortalecer el relato, que de otro modo resultaría demasiado largo. En todo caso es un acierto, igual que la cantidad de voces narradoras. Sin embargo confesaré que pasaba más de la mitad del libro y no llegaba a convencerme del todo. Inesperadamente en los últimos capítulos todo lo anterior empieza a tomar forma, de modo que abre el camino para cerrar la obra con un remate espectacular.

Si Roberto Bolaño merece o no toda la fama que póstumamente está cosechando, no lo puedo decir," Los detectives salvajes" no es un gran argumento, que eso quede claro, el mérito está en la riqueza narrativa del autor, en el arriesgado despliegue de voces, en la estructura de la historia y hasta cierto punto en el manejo de la ambigüedad. Bolaño abandona exitosamente los viejos patrones y eso me resulta digno de elogio.

Bernarda Gui
bernardagui@gmail.com

Comentarios

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