Grata impresión me ha causado la lectura de Atacamez Tonic. En el recorrido que me he impuesto por la literatura ecuatoriana contemporánea, me he encontrado a menudo con intentos literarios que resultan pretenciosos y por tanto pesados de leer. Este no es el caso, el relato fluye, el señor Michelena maneja un suspenso policial en el que no hay buenos y malos, simplemente hay gente real en situaciones cotidianas del bajo mundo esmeraldeño. Es por lo tanto una ficción verosímil, con ritmo y vértigo que mantiene al lector con interés hasta la última página.
Debo decir que el ritmo en la narración es una de las carencias que voy detectando con más frecuencia en nuestra literatura. Tramos muy largos que evidencian la falta de habilidad de los escritores para captar la atención en cada página. Atacames Tonic supera esto con la facilidad natural del autor para contar historias de nuestra tierra. He leído de él otros artículos y reportajes que reflejan este don. No es gratuita entonces la aceptación que ha tenido la obra, acabo de enterarme que va por su tercera edición.
Bernarda Gui
Comentarios