El pensar que pronto dejaría, todo lo que hasta este momento había sido mi vida me llenaba de angustia, mis días pasaban sin mayor sentido, pero sucedió algo extraordinario en mis últimas vacaciones, ustedes pueden sacar sus conclusiones.
Decidí visitar un pequeño país llamado Ecuador, aconsejada por mis hijos que me hablaron de su belleza y gentileza de sus habitantes.
Mi nombre es Fedra Jonson y después de hablar con mi agencia de viajes, me decidí, paso algún tiempo en el que sin mayor animo alistaba todo para aquel viaje que emprendería en poco tiempo, y llego el día, mi familia fue a despedirme al aeropuerto, recuerdo que les dije, no quiero lagrimas, nada es eterno, pero volveré, todavía tengo tiempo.
Llegue a Quito, y sin animo de entablar amistad con nadie, me esperaban en el aeropuerto, esa noche partiríamos a la provincia del Cañar. El viaje fue largo y cansado a pesar de viajar con más personas, no podía dejar de pensar que mi vida, se escapaba de mis manos.
Llegamos a Azogues, la capital de la Provincia, después de instalarnos en el hotel. Nuestra primera visita fue a la Virgen de la Nube que se venera en la Iglesia de San Francisco. Me impresiono ver varias casas con balcones de madera tallada y la Catedral ubicada en la Plaza central, con su imponente fachada de piedra.
Al siguiente día, fuimos a Biblián, al Santuario de la Virgen del Rocío: Catedral construida en roca. Situada en la parte alta de una colina. Visitamos poblaciones como Verde loma y las playas de Fátima y San Luis.
Conocí Tambo y su iglesia. En Deleg compré shigras para mis nueras, unos lindos ponchos para mis nietos y a mis hijos artesanías del lugar.
Al día siguiente íbamos a visitar las ruinas de Ingapirca, pero todo el día llovió y fue imposible salir. Así que el guía tuvo la brillante idea de proyectarnos un video documental, pero algo extraordinario sucedió cuando proyectaron la fotografía del El Ingañahui o cara del Inca, ésta se volvió y con sus grandes ojos de piedra me dijo: “la armonía esta en ti, y a tu alrededor tu eres parte de todo”, como estaba media dormida casi me caigo de la silla, así que le pregunto a mi compañera, si elle vio algo, me contesto que no y añadió que hiciera silencio.
De pronto todo el mundo desapareció, y la cara del inca se materializo tomando forma humana y me dijo, se por que estas aquí Fedra, si sigues las instrucciones, tu vida cambiara.
- ¿Ayudarme, cómo?
- Sigue el juego, siéntate. Conversa con la diosa luna, y pon la llave en la cara del sol consultando a los astros.
- ¡No entiendo nada!
- A veces las cosas están mas cerca de lo que nos imaginamos y desapareció.
Me dije fue tan sólo una ilusión, fui a dormir, pero al día siguiente encontré en mi agenda una llave y no era una llave cualquiera era de arcilla y unos caracteres extraños. No se por qué la guardé y me dispuse a ir a las ruinas de Ingapirca; todo era muy normal cuando el guía comenzó.
No dejaba de pensar en lo que había imaginado, pero sin embargo trate de poner atención a lo que el guía decía.
Señores, Mi nombre es Manuel Pérez y voy hacer su guía en el recorrido por las ruinas de Ingapirca.
En la parte norte del castillo se encuentra El Ingachungana o Juego del Inca, forma parte del Complejo Arqueológico y se halla sobre una colina de fácil acceso.
En la parte superior se encuentra esculpida en alto relieve una forma de cadena estilizada y cuenta con un pequeño canal de desagüe. Sus dimensiones son: 1.63 mts. De largo por 0.76 mts de ancho.
Recordé las palabras de la cara del inca sigue el juego siéntate. Contuve la respiración, caminamos unos pocos metros el guía se detuvo y comenzó a hablar.
- Si tienen alguna pregunta por favor me la dicen. A continuación encontramos esta piedra que tiene forma de tortuga. Esta singular piedra zoomorfa tiene claras incisiones mide: 1.20 mts de largo por 0.70 mts de ancho y 0.50 mts de alto.
- Si bien, los orígenes totémicos de los cañaris, se relacionan con la serpiente y la guacamaya, es posible qué el intercambio cultural y migraciones de los pueblos del litoral hacia la sierra, como evidencia encontramos cerámica, escultura y metalurgia. Además la tortuga es un símbolo de la diosa lunar
A mi mente vino la frase conversa con la diosa luna. Continuamos con el recorrido
- Aquí nos vamos a detener un momento, al pie del Ingachungana esta el Intihuaicu o quebrada del sol. Es una piedra que mide 3.50 mts de alto por 4.50 mts de ancho. En ella se puede localizar un pequeño hoyo y a su derredor se encuentran varios círculos concéntricos grabados en la roca arenisca, lo que supone se trató de retratar la cara del sol.
Me dije mecánicamente aquí tengo que poner la llave.
Junto al Intihuaicu y formando un solo cuerpo se encuentra La Quillahuaicu o quebrada de la luna, la piedra de 3.50 mts de alto y 3.70 mts de ancho, se puede apreciar un pequeño hueco grabado y a su derredor aparecen varios huecos más pequeños.
Esta simbología servía para contar los meses por medio de las lunas y además podían identificar los solsticios y los equinoccios.
Recibía tanta información, para mi esta era una cultura totalmente desconocida pero me parecía fascínate, pero mi asombro no tuvo limites cuando nos llevaron a divisar el Ingañahui o cara del Inca, localizada en un agreste de la colina llamada Intiloma que quiere decir “Loma del Inca”, en lo alto estaba una figura de rostro humano, tallada en roca viva que mide 30 mts de altura, cuya mirada está orientada hacia el oriente.
Cerré mis ojos para no ver, pero cuando los abrí, la cara me dijo:
- Podemos ayudarte
- Como lo hago, ¿Yo no sé como utilizaban el calendario?
- Solo sigue a tu corazón.
Entramos al museo de Ingapirca, y compré un libro en el que hablaba de cómo los sacerdotes hacían sus rituales para la fiesta de la luna, volvimos al hotel, cenamos, y me preguntaron si quería ir a una discoteca, a lo que respondí que iría a dormir temprano.
Aunque no me lo crean regresé en la noche, y con una luna hermosa seguí las indicaciones y finalmente puse la llave y no sucedió nada extraordinario, me reí de mi locura pero me sentí viva, y con una tremenda energía renovada.
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