Poesía
GÉNESIS DEL POEMA
uno
van días y tu cuerpo soterrado
no aparece
vaga con los espasmos de la lluvia
cicatera
se espabila dentro de las tinieblas
sal,
libérate,
saca tus oídos de la tierra
inmole
no rías entre lo sombrío
eco sin ala
desciendes a lo invisible
solo cuando tu piel amorfe
y los sueños mueran
podrás descansar
dos
van días y tu cuerpo rehúye al asombro
¿es mentira ese cuerpo
que disuelve el silencio?
¿te reinventas, te renaces?
mejor te diamanto arpía
sonora
canta tu cuerpo un soneto
a la rosa
mientras
mi oído desaparece
la sangre se enjuta
se desase al paso del
silencio
omiso, tácito
tu voz se hace viento
en este verso
¡se enclaustra mi asombro!
tu cuerpo y
el trueno de la noche
no aparecen
¿enmudecieron con tu canto?
la noche no despierta
tres
miro a un niño
caminar en el vacío,
solaz
se oculta entre las ruinas
carcajea
sus dientes amarillos
mastican palabras
mi oído resuelve al engaño
cuatro
van días y tu cuerpo gimotea
tirito de frío,
el pecado me tortura
tu recuerdo no muere
dilatada
se posa al altillo de una estrella
astuta yace,
transfigura
escucha:
¡jamás tomaré parte en sus
sangrientos sacrificios!1
cuerpo escabroso
evanecido a un espejo
mírame:
aunque no reinventes tu piel
te siento
aunque cantes al lamento
te dormito
mi voz subrepticia
te destruye
huyes
cinco
van días y tu cuerpo es carroña
entre mi carne
escabrosa
te sometes dilapidada a la noche
siniestra
del llanto de la lluvia
junto a la luna
te enterneces a mis labios
y el sopor te muestra como eres.
vacía
sollozas estrujada
en la gota de mi poema.
GÉNESIS DEL POEMA
uno
van días y tu cuerpo soterrado
no aparece
vaga con los espasmos de la lluvia
cicatera
se espabila dentro de las tinieblas
sal,
libérate,
saca tus oídos de la tierra
inmole
no rías entre lo sombrío
eco sin ala
desciendes a lo invisible
solo cuando tu piel amorfe
y los sueños mueran
podrás descansar
dos
van días y tu cuerpo rehúye al asombro
¿es mentira ese cuerpo
que disuelve el silencio?
¿te reinventas, te renaces?
mejor te diamanto arpía
sonora
canta tu cuerpo un soneto
a la rosa
mientras
mi oído desaparece
la sangre se enjuta
se desase al paso del
silencio
omiso, tácito
tu voz se hace viento
en este verso
¡se enclaustra mi asombro!
tu cuerpo y
el trueno de la noche
no aparecen
¿enmudecieron con tu canto?
la noche no despierta
tres
miro a un niño
caminar en el vacío,
solaz
se oculta entre las ruinas
carcajea
sus dientes amarillos
mastican palabras
mi oído resuelve al engaño
cuatro
van días y tu cuerpo gimotea
tirito de frío,
el pecado me tortura
tu recuerdo no muere
dilatada
se posa al altillo de una estrella
astuta yace,
transfigura
escucha:
¡jamás tomaré parte en sus
sangrientos sacrificios!1
cuerpo escabroso
evanecido a un espejo
mírame:
aunque no reinventes tu piel
te siento
aunque cantes al lamento
te dormito
mi voz subrepticia
te destruye
huyes
cinco
van días y tu cuerpo es carroña
entre mi carne
escabrosa
te sometes dilapidada a la noche
siniestra
del llanto de la lluvia
junto a la luna
te enterneces a mis labios
y el sopor te muestra como eres.
vacía
sollozas estrujada
en la gota de mi poema.
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